Desde hace años los vecinos que residen en Villa Burgos plantean los mismos reclamos. Viven en la precariedad y en condiciones extremas. Las viviendas son humildes. No tienen agua, luz, ni gas. El barrio se encuentra a solo 2 kilómetros de la ciudad. Desde allí, las 14 familias ven el resplandor que la luz eléctrica de la ciudad genera por las noches.

Los caminos de acceso al barrio son muy precarios. Salir o ingresar cuesta horrores. Los días de lluvias el panorama se agrava y los vecinos quedan rehenes de la precariedad absoluta.
“Estamos abandonados. Reclamamos y nadie nos atiende”, dice Elsa, una de las vecinas que más tiempo habita en Villa Burgos. Reclaman luz eléctrica y mejores caminos. Con eso les alcanza. “Acá de Villa Burgos nadie nos va a sacar. Este es nuestro lugar y aquí nos vamos a quedar”, aseguró la mujer a LA NUEVA VERDAD DE RAUCH durante una recorrida por el barrio.
“Acá a las 19.30 es de noche, tenemos que cenar y acostarnos. No nos vemos ni las manos”, dice Elsa. “Queremos la luz. No nos pueden negar tener luz. No queremos que nos regalen nada, lo queremos pagar”, agrega la mujer, vocera de los vecinos.
El Municipio instaló un tanque comunitario en el medio del barrio. Ese tanque permitió que los vecinos accedan a agua potable. Hasta hace dos años tomaban agua contaminada y no apta para el consumo humano. Los niños y también los adultos están en riesgo.
LA LUZ ELÉCTRICA POR ENCIMA DEL BARRIO
El tendido eléctrico de la Cooperativa Eléctrica de Egaña atraviesa el barrio. Algún impedimento legal permite a la empresa desembarcar en el barrio con electricidad. Los vecinos insisten: “Queremos tener luz, es un derecho, nadie nos puede negar poder tener este servicio”.
Juan es otro vecino que reside en el barrio desde la adolescencia. “Los chicos no pueden ver televisión ni siquiera derecho de tener el arbolito para Navidad”, dice nostálgico. “No pedimos demasiado solo tener luz eléctrica y caminos en condiciones parta poder ingresar y salir sin problemas”.
LOS RECLAMOS DESDE AÑOS
Los vecinos están cansados. Desde hace años reclaman mejores condiciones. Durante la gestión de Jorge Ugarte también efectuaron los mismos reclamos. Nadie los escuchó. A pesar de los años y el desgaste que vivir en abandono supone, siguen en estado de alerta y con ganas de poder ver el barrio en mejores condiciones. Desde hace algunos días la Mesa Multisectorial los asesora.