
Jairo y Gizel son pareja desde hace algunos años. Tienen 42 y 29 años respectivamente. Fruto de su amor nació Mía, una hermosa niña de 5 años. Son de la ciudad de Maracaibo, Venezuela. Desde hace una semana viven en Rauch. Antes de tocar suelo rauchense hicieron escala durante algunos meses en Quito, Ecuador. La salida de su país se vio obligada producto de la profunda crisis que los afecta. Como tantos venezolanos se vieron obligados a dejar su tierra. Alejarse del resto de la familia. El régimen dictatorial de Nicolás Maduro ha expulsado a varios venezolanos que dejaron todo en busca de un futuro mejor.
“El 10 de agosto decidimos dejar Venezuela. En Maracaibo teníamos trabajo en un Centro Comercial, pero vivir era muy difícil. Poco a poco el país se fue descomponiendo y lo que ganábamos no nos alcanzaba para comer”, dijo Jairo durante una entrevista a Radio Eich. “Acá a ustedes les preocupa la inflación, pero allí la inflación es de un millón por ciento”, contó.
Se muestran esperanzados en un país mejor. En un futuro auspicioso que les permita tener calidad de vida. Con nostalgia miran a su país. Extrañan a sus seres queridos, los que allí se las rebuscan para sobrevivir.
“Cualquier país es un paraíso comparado ahora con Venezuela”, agrega Jairo. “Allí un sueldo básico alcanza para comer solo dos días”, menciona.
Las dificultades abundan. “Los productos de aseo personal son inalcanzables. O comes o estas limpio. Los precios son altos”, agrega.
EL DESEMBARCO EN RAUCH
No conocían Argentina. Rauch era una ciudad desconocida. “Un hermano mío tiene como amiga a Graciela que es de Rauch. Por su intermedio llegamos a la Argentina y hoy estamos aquí”, contó Gizel. “Queríamos salir de Venezuela y Graciela nos ayudó”, contó. Colombia y Ecuador son países vecinos “pero están repletas de venezolanos. Ahí también es difícil encontrar un empleo”.
“QUIEN APOYA A MADURO NO LO CONOCE”
La distancia obligada entristece. Para Jairo y su familia no es fácil estar a casi 5 mil kilómetros de sus familiares. “Venezuela no por ahora. Me gustaría regresar por nuestras familias, pero mientras la situación siga así no volvemos”, señalan.
La imagen del presidente venezolano no es la mejor: “Maduro es lo peor. Allí hay gente que no come. O lo hace una vez al día”.
La destrucción del país sostienen se inició antes cuando Hugo Chávez era presidente. “La culpa de todo es de Chávez. Un hombre con una mentalidad malévola”, describieron.
UN PAÍS EN RUINAS
Además de ser un Gobierno antidemocrático, Venezuela atraviesa por un sinnúmero de problemas. No hay empleo, comer es una tarea poco sencilla y el desabastecimiento de productos es importante. “El papel higiénico, el shampoo, la pasta dental es un lujo”, aseguran.
La crisis es profunda. “Los hospitales están desprovistos. La electricidad se va varias horas al día y la inseguridad es terrible. Te matan por un teléfono”, señala.
“Quienes apoyan a Maduro no lo conocen. No saben lo que es vivir en Venezuela. No se dan una idea”, advierten.
La idea es volver a su país. Saben que ahora es un objetivo lejano. “Va a llevar un tiempo recomponer el país, pero algún día volveremos”.