El Palacio Municipal de Rauch –la relevante obra del arquitecto Francisco Salamone- fue construido hace 81 años. Ese histórico y pintoresco edificio resguarda una parte importante de la historia política local. Allí se refugian momentos clave de las gestiones de Gobierno de las últimas ocho décadas, donde quienes administraron los destinos de la ciudad pensaron las grandes obras y debatieron las principales ideas que contribuyeron al desarrollo de la ciudad.
Pero también el Palacio Municipal reserva un lugar para la otra historia. Las que menos se conocen y las que tuvieron alto impacto en la sociedad. El 7 de junio de 1991 -hace exactamente hoy 28 años- Haroldo Navas ingresó por la puerta principal de la Municipalidad y recorrió –escopeta en mano- los no más de 40 metros hasta llegar a la puerta principal del hall que divide el despacho del intendente y la oficina del secretario de Gobierno.
El hombre –recuerdan los empleados de la época- estaba nervioso. Era propietario de una chacra que se encontraba situada en proximidades a la Escuela Nro. 9, a pocos minutos de la ciudad. Al parecer, y según cuenta la historia, Navas estaba cansado de ser víctima de los cuatreros. La noche anterior había sufrido un nuevo atraco, cuando desconocidos a solo metros de la casa le había vuelto a carnear un animal. Navas –cansado de la situación- montó en cólera y sin meditarlo demasiado tomó una escopeta doble caño y se dirigió al Palacio Municipal.
En el Municipio era un día más. Elba –la secretaria de entonces- se encontraba en la oficina contigua a la del intendente y del secretario de Gobierno.
El hombre sin mediar palabras, y ante la mirada del resto de los empleados, activó el arma y descerrajó un disparo. Los perdigones partieron en mil pedazos un cristal amplio que se encontraba por encima de la puerta de acceso. En el interior estaban el intendente Nicolás Sica, el secretario de Gobierno Juan Pedro Erreca, la secretaria de Acción Social María de la Paz Espondaburu y el encargado de prensa, Fernando Alvarado. Los funcionarios se sorprendieron ante el estallido que el impacto generó sobre el vidrio principal.
“Gran sorpresa nos llevamos. Nunca olvidaré aquél 7 de junio de 1991”, describió Miriam Locha, por entonces empleada del Municipio, que se encontraba a metros de dónde se produjo el insólito caso.
“Estábamos adentro resolviendo algunos temas cuando sentimos el disparo. Nos llevamos un gran susto”, recordó Nicolás Sica, quien fue tres veces intendente de Rauch.
Rápidamente los agentes de la Policia llegaron al Palacio Comunal y redujeron al hombre que con rostro adusto sostenía todavía el arma. Sica le recordó a LA NUEVA VERDAD DE RAUCH que “inmediatamente fui hasta la Comisaría para ver qué era lo que había sucedido. Este hombre estaba en medio de una crisis de nervios”. También mencionó el ex intendente que se llevó un gran susto tras el estallido que provocó el impacto sobre el cristal.
