A pocos minutos de que el intendente Municipal Maximiliano Suescun ofreciera su mensaje a la asamblea legislativa el viernes pasado, se registró un hecho sin precedentes cuando una funcionaria del Municipio arribó al salón Blanco del Palacio Municipal. Al ver que se le había asignado la tercera fila de las sillas que se habían ubicado en el salón Blanco –detrás de los legisladores del Frente para la Victoria y los consejeros escolares- Adriana Chiclana, titular de la secretaría de Desarrollo Social, no ocultó su malestar y puso el grito en el cielo. La funcionaria a viva voz, y ante la presencia de varios testigos –inclusive compañeros de gabinete que quedaron perplejos ante el ridículo reclamo-, se quejó por la organización del acto y rechazó sentarse en la tercera fila aduciendo que “soy una secretaria”.

El papelón se registró ante la vista de todos. Concejales, consejeros escolares y funcionarios que no podían creer lo que estaban viendo.
Finalmente –y al ver que la situación había desbordado- la presidenta del Consejo Escolar María Laborde –quien estaba acompañada por Soledad De Berecibar– ofreció su lugar. Lo mismo algunos funcionarios.
Finalmente Chiclana logró su cometido y le fue asignado un lugar en la segunda fila junto a las consejeras escolares mencionadas y detrás de los ediles de la oposición.