La duda constante

Siempre se duda de la víctima, nunca del victimario. Ese es un rasgo del patriarcado, y de la sociedad que éste ha construido por siglos y siglos. Muchos se preguntan ¿por qué no denunció antes? ¿Dónde estaban los padres?

Somos niñas que a los 15 años tenemos nuestras propias actividades, somos adolescentes que vamos al colegio, tenemos prácticas culturales que no incluyen a nuestros padres, como por ejemplo ir a tomar mates a la plaza o salir al boliche. En nuestro pueblo, Rauch, donde nunca nada puede pasar. Pero pasa.

Y no hablamos antes porque el proceso pasa por dentro, porque es de cada una, porque ni con tus propias amigas lo podés compartir porque te da vergüenza o porque tu cabeza, para protegerte de ese sufrimiento, lo suprimió y te olvidaste de lo que pasó. Ahora nos sentimos acompañadas, un poco más fuertes y con la legitimación de un sector para poder contar lo que nos pasa o nos pasó. Es duro hacerse cargo, ponerlo en palabras o darse cuenta de que el abusador o acosador está ahí, siempre estuvo ahí y vos estás vulnerada, en todo sentido.

Las situaciones de acoso y abuso están rodeándonos todo el tiempo, aunque no las veamos o no las queramos ver. Cuando vas por la calle y te gritan algo, cuando salís a bailar y te tocan, pero te das vuelta para reaccionar y te tratan de loca. Cuando un profesor te aprueba o te pone más nota por ser mujer, cuando te toca el cuello y te pregunta si hiciste la tarea, y ante el poder no sabes que hacer. Pasa todo el tiempo, por eso hay que escuchar a cada una que cuente un abuso y/o acoso. No dudemos de una víctima porque puede haber una al lado tuyo, tu hija, tu hermana, tu sobrina, tu novia o tu mamá.

Para dejar de naturalizar estas prácticas, primero hay que aceptarlas, reconocerlas en nuestra vida cotidiana. Gritarle cosas a una mujer, ya no más. Acercarte con tu auto y decirle “hermosa, te llevo”, ya no más. Si queremos que nos lleves o que nos hables o que nos beses te lo vamos a hacer saber. No existe el no disfrazado de sí, cuando alguien dice que no es no. El punto está en si decidimos hacernos cargo de estas prácticas machistas y modificar nuestras actitudes o, seguimos reafirmando el patriarcado que se lleva a una de nosotras cada 30 horas.

El feminismo nos ha dado ese espacio para contar y confiar en que del otro lado va a haber alguien que no va a dudar de vos. De que las mujeres ya no somos más enemigas sino compañeras, esa rivalidad que nos inculcaron se terminó. Solo nos abrazamos y apoyamos. El feminismo nos abrió el camino y los ojos, y por eso decimos que no nos callamos más.

5 COMENTARIOS

  1. Ojalá es mismo feminismo les ayude a notar que hay hombres, que no son producto de un sistema patriarcal, que cuidan sus valores familiares, que respetan a la mujer,…a la desconocida y a la que por suerte nos eligió para compartir la vida, que inculcamos en nuestro entorno cercano las practicas que erradiquen las actitudes machistas; hombres que entendieron que si queremos una sociedad mejor, es imposible construirle ni desde el feminismo, ni desde el machismo,…sino desde la humanidad.

    • Hola Elías,
      Todas las personas somos el producto de un sistema patriarcal y capitalista porque así es el mundo donde nacemos y las sociedades en donde nos formamos.
      Los hombres DEBEN hacerse cargo de su rol privilegiado y empezar a cuestionarlo.
      Como dijo una feminista hace unos días: «no están deconstruídos, solo tienen un poco más de información».
      Las sociedades serán mejores sí se construye desde el feminismo, que a mi parecer, es el movimiento mas humanitario que se puede mencionar.
      Saludos!

    • Hola Elías,
      Todas las personas que nacemos en este mundo lo hacemos bajo el patriarcado y el capitalismo básicamente porque así funcionan las sociedades en donde nos formamos.
      Dejame decirte que el feminismo es un movimiento que promueve que las mujeres también somos seres humanos así que digamos que la característica de humanitario ya la tiene, por lo que considero, que si queremos que las sociedades sean mas justas y nosotras dejemos de vivir con miedo, el cambio viene de la mano de feminismo.
      El paradigma empieza a cambiar y eso es producto de la lucha por nuestros derechos.
      Saludos!

  2. Gracias por la respuesta; no se a que te referís con «nacer bajo el patriarcado»; en mi caso nací de una mujer, mis padres me inculcaron que en un Hogar con amor, el machismo o feminismo no tienen lugar.
    Si la posibilidad de que una construccion humanitaria DEBE venir de la mano de la idea de que un sector tiene «la verdad» y es el único capacitado para promover esa lucha; entonces el argumento en si mismo es falaz: lo humanitario debe consolidar la inclusión de todos los sectores.
    Además, es imposible ver a un movimiento como humanitario, cuando promueve, por ejemplo, el asesinato de vidas de forma intrauterina.
    Con la permanente agresion hacia las mujeres que dicen defender y que no comparten algunos de sus argumentos, el desprecio por otras posturas manifiestan claramente que el feminismo termina convirtiéndose en aquello que vino a derrocar.
    Como dijo Sara Winter: «el feminismo es solo la imagen de otro movimiento en el que la intolerancia es su bandera y el desprecio su arma»

    • El feminismo no es lo opuesto del machismo.
      El feminismo es un movimiento inclusivo.
      Un feto no es una persona.
      Les que abortan no son asesines.
      Te recomendaría que leas a Virginie Despentes o a Simone de Beauvoir o a Luciana Peker.
      A esta altura de la historia son algunos conceptos que ya deberían estar claros.

      Respecto a nacer bajo el patriarcado, es eso. Así de literal. Soy mujer, nací y crecí bajo la sombra opresora de una sociedad patriarcal que siempre quiso encuadrarme en lo que -según elles- debería ser una mujer.
      Saludos.

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