Un grupo de alumnos, ex alumnos, padres y familiares de adolescentes que cursaron sus estudios secundarios en el Instituto Inmaculada Concepción, denunciaron casos graves de abuso que habrían transcurrido en los últimos años. Fue mediante una nota dirigida al Jefe Regional Gustavo Francischini, a la Inspectora de Nivel Gestión Privada Teresa Bourras, al Obispo a cargo de la Diócesis de Azul, Monseñor Hugo Manuel Salaberry, los representantes legales Virginia Rodríguez y el Padre Lisandro Vittola y los directivos del establecimiento, Silvana Lacoren, Mercedes Dumón y Walter Novillo.
Por el caso al menos tres profesores fueron mencionados por los denunciantes. En la nota elevada a las autoridades aparecen seis testimonios –los nombres se reservan- donde relatan los hechos que les tocó vivir durante su paso por la escuela.
“Nos dirigimos a ustedes para expresar nuestro más profundo repudio a los hechos, prácticas y conductas abusivas, patriarcales, ilegales y delictivas que han tenido lugar en el ámbito de esa institución educativa”, señala el documento.

UN RELATO ESCALOFRIANTE
Uno de los relatos cuenta la historia de una alumna que decidió tomar clases de inglés con el profesor a cargo de la cursada. Las clases particulares las ofrecía en su vivienda, en un “galponcito del fondo”. La chica contó que iba junto a otras dos compañeras. “Un día ellas faltaron y él decidió que era el momento oportuno. Mientras hacía la tarea de inglés comenzó hacerme masajes en los hombros y apoyarme sus genitales en la espalda, mientras se sentaba detrás de mí, en la misma banqueta. Sentí pánico. Estaba sola con un tipo que me doblaba en edad en el fondo de una casa que desconocía”. En el relato la joven estudiante confiesa que “decidí actuar como si nada. Me levanté temblando de nervios y miedo y me fui”. Recuerda en su testimonio que “salí pedaleando en mi bicicleta y me puse a llorar. Llegue a casa, me bañé, lloré y me callé”.
El testimonio agrega que “años más tarde pude ponerle palabras y nombre a esa angustia”. La misma ex alumna denuncia que en éste caso existió complicidad de parte de quienes estaban al frente del establecimiento: “la comunidad educativa sabía que al profe de inglés del colegio le gustaba manosear alumnas. Nunca entendí la razón porque siguió siendo el profesor”.

“ME PARECE ASQUEROSA Y REPUGNANTE LA IMPUNIDAD”
La misma víctima en su relato agrega que tiempo después optó por no callarse. “Hago pública mi experiencia porque no quiero que le pase a otros” y porque “me parece asquerosa y repugnante la impunidad con la que se maneja este tipo. Es inaceptable que siga trabajando con menores. Estoy harta de la complicidad del colegio que en lugar de tomar cartas en el asunto prefieren seguir apañando estas situaciones”.
