El encuentro celebrado esta semana entre el intendente Maximiliano Suescun y altos jefes policiales a cargo de la seguridad en el campo se debió a la preocupación existente por los hechos de inseguridad que últimamente se registran en la zona rural.
Si bien no hay estadísticas –desde el Comando de Prevención Rural no se brinda información- se sabe a través de los propios productores que el panorama en la zona es complejo. “Siempre faltan animales. Vas, haces la denuncia y no pasa más nada”, le contó un chacarero que desde hace años tiene su predio a pocos kilómetros de la planta urbana. El partido de Rauch cuenta con 435 mil hectáreas. Hoy el CPR local –que está a cargo del subcomisario Paolo Abeliza- cuenta con muy pocos efectivos y patrulleros.
“No dan abasto. Son pocos efectivos y los móviles con los que cuentan están deteriorados”, dijo una fuente policial.
Para colmo el panorama es complejo. Quienes tienen inclinación por lo ajeno aprovechan la revoleada de épocas económicas complicadas y salen con más frecuencia “a dar una vuelta por el campo en busca de algo para la olla”.
Durante la reunión que el intendente mantuvo con los jefes policiales pidió más controles. El Gobierno realizará gestiones ante las autoridades del Ministerio de Seguridad a fin de poder reforzar el Comando local. Mientras tanto llegarán “refuerzos” semanales desde la subcoordinación para “frenar” la ola que sacude al campo y que lógicamente inquieta al productor.
LOS HECHOS DELICTIVOS ABUNDAN
En la zona rural se registran decenas de hechos al mes. Oficialmente no se informa ninguno, pero son los propios productores lo que se encargan de hacer saber la situación. Hace algunas semanas al propietario de un predio situado en cercanías de la planta urbana y en proximidades al Cementerio Municipal le llevaron 8 lechones. A un productor cuyo campo se encuentra en la localidad de Egaña, la semana pasada desconocidos le robaron varios bidones con combustible y una batería de tractor. En zona camino a Cacharí en un mes y medio robaron en cuatro campos.
A los ladrones todo les viene bien: combustibles, baterías, lechones y corderos, son lo más frecuente.
