Entre 1976 y 1983, el Estado Argentino en manos de una junta militar instaló en todo el país un aparato represivo para llevar adelante la persecución y eliminación de todo adversario político, que culminó con la desaparición sistemática y forzada de miles de personas. Para ello, se utilizó la fuerza pública estatal de manera ilegal, en centros clandestinos de detención.
Fueron miles las personas detenidas desaparecidas. Ciudadanos y ciudadanas que resultaron víctimas de la represión, cuyos cuerpos jamás fueron entregados a sus familiares.
Este 24 de marzo, a 46 años del golpe de Estado cívico-militar más sangriento de nuestra historia, debemos pensar en las consecuencias nefastas que tuvo en nuestro país, la falta de valoración de la libertad individual, el respeto por la vida y el apego a ley.
Se propone como un día de reflexión y análisis para que toda la población comprenda las graves consecuencias sociales, políticas y económicas de la última dictadura militar. También para que todos asumamos el compromiso en la defensa y vigencia de los derechos y las garantías establecidos por la Constitución Nacional, y el fortalecimiento del régimen político democrático.
Con el advenimiento de la democracia el 10 de diciembre de 1983, el Presidente Raúl Alfonsín creaba la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), la cual se encargó de plasmar en un informe las violaciones a los derechos humanos ocurridos durante la última dictadura militar. Así nació el Nunca Más.
El informe de la CONADEP, en palabras del Dr. Raúl Alfonsín, es un “aporte fundamental para que, de aquí en adelante, los argentinos sepamos cabalmente, por lo menos, cuál es el camino que jamás deberemos transitar en el futuro. Para que nunca más el odio, para que nunca más la violencia perturbe, conmueva y degrade a la sociedad argentina”.
El Nunca Más les otorgó a los organismos de Derechos Humanos, a los familiares y a los sobrevivientes una legitimidad pública inédita, en especial, al asignarles un rol protagónico. A 37 años de esta trascendental acción de gobierno por decisión del “padre de la democracia”. el Presidente Raúl Alfonsín, fue el primer paso de un propósito fundamental, que Nunca Más sea para siempre.
Escuchamos las palabras de uno de los hijos del entonces intendente de nuestra ciudad, Don Pedro Horacio Petreigne, recordando aquel 24 de marzo en que un gobierno militar destituyó a un intendente elegido por el pueblo. Como todos los días, su padre, nuestro Intendente, se presentó en el Palacio Municipalidad, y fue informado por un grupo de militares que debía entregar el mando.
Sufrimos el golpe. Celebramos la democracia. Siempre y para siempre.